La enseñanza de la comunicación no verbal.
La necesidad de aprender los signos no verbales de una lengua viene determinada por la ruptura o interpretaciones erróneas en la comunicación que pueden llegar a producir. Pensemos en la necesidad para un español de mantener el contacto con la mirada durante la interacción, además del contacto corporal al que suele recurrir; para una cultura de no contacto como la oriental esto puede crear incomodidad y desagrado por considerarlo invasión de intimidad. Por otro lado, aunque existen muchos signos no verbales universales que comparten diferentes culturas, existe un gran número de signos peculiares de cada una.
El gesto con el que en España indican que “alguien le pone los cuernos a su pareja” puede ser fácilmente confundido con el que en China usan para expresar “Te quiero”.
La incorporación de los signos no verbales en la enseñanza de la lengua debe hacerse de forma gradual, es decir, por niveles, de la misma forma que se introducen los signos verbales. En los niveles elementales se introducirán los signos no verbales que corresponden a expresiones lingüísticas sencillas como saludar, despedirse, o para expresar acciones habituales como “beber” (en China se simula llevar un vaso o taza a la boca, en España usan la mano derecha con los dedos juntos excepto el pulgar que se mantiene estirado y se dirige hacia la boca).
En los niveles intermedios se puede ampliar el repertorio con algunas expresiones fijas de uso común como por ejemplo: “ser un caradura” o “tener mucha cara” (ser un sinvergüenza); así como las cualidades y modificadores fónicos (como por ejemplo, el uso de un tono que contradice el significado o sentido de una expresión). En los niveles superiores se completará con la introducción de expresiones fijas de uso menos común; “estar liados” (cuando dos personas mantienen una relación sexual) o “poner los cuernos” (tener relaciones sexuales con alguien que no es su pareja); así como otros marcadores o modificadores fónicos que puedan resultar más difíciles.
La presentación de los signos no verbales en la clase debe ser lo más clara posible, se recomienda la representación (de los signos kinésicos) o la reproducción (de los signos paralingüísticos) por parte del profesor, ya que las fotografías o dibujos no suelen ser muy claros y las descripciones de cómo se ejecuta el gesto son extensas y, a veces, demasiado complicadas. Resulta de gran provecho trabajar con material audiovisual, películas o series televisivas de corte costumbrista, donde se pueden observar los distintos signos verbales y no verbales que se usan en la interacción (como la mirada, la proximidad, el tono, etc.).
El gesto con el que en España indican que “alguien le pone los cuernos a su pareja” puede ser fácilmente confundido con el que en China usan para expresar “Te quiero”.
La incorporación de los signos no verbales en la enseñanza de la lengua debe hacerse de forma gradual, es decir, por niveles, de la misma forma que se introducen los signos verbales. En los niveles elementales se introducirán los signos no verbales que corresponden a expresiones lingüísticas sencillas como saludar, despedirse, o para expresar acciones habituales como “beber” (en China se simula llevar un vaso o taza a la boca, en España usan la mano derecha con los dedos juntos excepto el pulgar que se mantiene estirado y se dirige hacia la boca).
En los niveles intermedios se puede ampliar el repertorio con algunas expresiones fijas de uso común como por ejemplo: “ser un caradura” o “tener mucha cara” (ser un sinvergüenza); así como las cualidades y modificadores fónicos (como por ejemplo, el uso de un tono que contradice el significado o sentido de una expresión). En los niveles superiores se completará con la introducción de expresiones fijas de uso menos común; “estar liados” (cuando dos personas mantienen una relación sexual) o “poner los cuernos” (tener relaciones sexuales con alguien que no es su pareja); así como otros marcadores o modificadores fónicos que puedan resultar más difíciles.
La presentación de los signos no verbales en la clase debe ser lo más clara posible, se recomienda la representación (de los signos kinésicos) o la reproducción (de los signos paralingüísticos) por parte del profesor, ya que las fotografías o dibujos no suelen ser muy claros y las descripciones de cómo se ejecuta el gesto son extensas y, a veces, demasiado complicadas. Resulta de gran provecho trabajar con material audiovisual, películas o series televisivas de corte costumbrista, donde se pueden observar los distintos signos verbales y no verbales que se usan en la interacción (como la mirada, la proximidad, el tono, etc.).